Organizar los armarios es una de las tareas del hogar que más pereza dan, porque son complicadas y llevan tiempo. No se trata sólo de decidir cómo organizar armarios, sino de ordenar nuestras ideas: necesitamos todo lo que hay dentro? habrá que tirar cosas y comprar cosas nuevas? Es esto lo que nos suele echar para atrás y posponerlo infinitamente. Sin embargo existen estrategias para hacer esta tarea más llevadera, y comprobar que un armario bien ordenado nos ahorrará tiempo y dolores de cabeza a la hora de encontrar aquella prenda de ropa u objeto que necesitamos, a menudo, con urgencia.
En el caso de ordenar los armarios tras una mudanza, deberemos haber hecho parte de la tarea antes del traslado, para evitar transportar cosas que no necesitamos, aumentando así el tiempo y esfuerzo de la mudanza y, en el caso de que recurramos a profesionales para hacerlo, el precio.
Despeja tu cama, saca toda la ropa del armario y déjala encima. Si el armario es muy grande, hazlo por partes, pero lo ideal es que puedas verlo todo en su conjunto. Descubrirás prendas que no usas desde hace mil años, prendas que te encantan pero ya se ven viejas, prendas parecidas… Seguramente en ese momento te des cuenta de la cantidad de cosas que tienes y ni siquiera sabias que tenias.
En la vida hay que tomar decisiones, y este momento requiere hacerlo. Lo primero que tienes que hacer es deshacerte de todas las prendas que no utilices. No te engañes, si no las has utilizado desde hace dos temporadas, no las vas a volver a usar, por mucho que concluyas que podrían quedar bien con tal otra prenda, o que serían ideales en una ocasión en la que seguro que acabarás optando por otra cosa. Este tipo de prendas quitan espacio a cosas preciosas que tal vez quieras comprar, o a otras cosas que tienes guardadas en otro sitio de cualquier manera.
Una de las excusas más frecuentes que nos ponemos a nosotros mismos para no deshacernos de la ropa es su valor sentimental. Desde aquel vestido espantoso que nos regaló nuestra abuela por nuestro cumpleaños o aquella camiseta que nos pusimos en nuestro primer concierto o nuestra primera cita que no nos entraría ni con palanca. Sea como sea, se han convertido en un estorbo en nuestro armario. Hay diversas opciones para donar la ropa que no usemos.
Al ordenar los armarios es imprescindible hacerles una limpieza tanto a ellos como a la ropa, empezando por el polvo. Si hace mucho tiempo que no se limpia el armario o no se usa, tal vez nos sea útil usar una aspiradora de mano, pero normalmente suele ser suficiente con una gamuza. Una vez quitado el polvo, es aconsejable pasar un trapo humedecido con agua y unas gotas de jabón de pH neutro, especial para cuidar y nutrir madera. Después, debemos asegurarnos de secar bien todas las superficies para evitar humedades. Con esta limpieza evitaremos malos olores. En este post de Hogarmanía explican muy bien cómo hacerlo.
Por su parte, la ropa también puede acumular malos olores, por lo que es el momento de que toda pase por la lavadora, aunque no parezca sucia, para eliminar posibles olores a humedad, quitar el polvo o alguna mancha que pueda haber cogido.
Al ordenar armarios también es un buen momento para retirar las perchas que estén rotas o sean incómodas de utilizar. Si es posible, es interesante usar un solo tipo de percha que dé uniformidad al armario y haga que cada prenda ocupe un espacio similar. Si mezclamos diferentes clases de perchas, unas prendas se amontonarán con otras y es posible que hasta olvidemos que tenemos algunas prendas que quedan más escondidas.
Clasificar la ropa en el armario por categorías (camisas, chaquetas, pantalones, faldas, vestidos, camisetas, complementos…) nos permite, junto con la unificación de perchas, mantener ordenada y visible toda la ropa en el armario. Puede hacerse también, a su vez, una clasificación por colores, materiales o época del año. Así será mucho fácil encontrar lo que buscamos.
La ropa colgada ocupa mucho más espacio en el armario que la que está doblada y es más incómoda de ver y seleccionar cuando nos vamos a vestir. Por eso debemos colgar solo la ropa que “necesita” ir colgada, como las camisas delicadas, vestidos o las chaquetas. Para que se mantengan bien colgadas y se vean bien, sólo hay que colgar una prenda por percha, a excepción son los pantalones, que pueden ir de dos en dos (o más, en perchas especiales para varios pantalones), siempre que se vean bien.
Doblar bien la ropa es fundamental, ya que nos ayudará a ganar espacio. Un truco es doblarla en vertical para que ocupe menos y nos sea más fácil de localizar. Para que las prendas se aguanten en vertical debemos hacer uno o dos pliegues más de los habituales. Hay accesorios que ayudan a plegar la ropa en un pispás. También hay quien usa un folio, para procurar que el pliegue en todas las prendas quede en el mismo sitio y así queden apiladas de forma más uniforme.
El cambio de estación es el momento perfecto para hacer limpieza y sustituir la ropa de invierno por la de verano o viceversa. Cuanto antes nos quitemos esta tarea de encima, mejor. El fin de semana o un día de fiesta que tengamos suele ser el momento ideal para ponernos a ello. Por supuesto, lo ideal es hacer el cambio de armario cuando empiece a cambiar el tiempo, ya que si vamos retrasando esta tarea, al final llegará el verano o el invierno y nos encontraremos buscando jerséis de lana entre los bikinis o al revés.
Según Marie Kondo, experta en organización de la casa y conocida gracias a su libro, “La magia del orden”, el orden comienza por la eliminación del exceso de objetos en nuestra vida. Las principales claves y trucos para mantener el orden en nuestro armario son:
En los armarios también acostumbramos a guardar CDs, aparatos, maquillaje, libros, documentos…
Recuerda que el maquillaje caduca. A veces vamos amontonando maquillaje que ni siquiera usamos, por el clásico “por si”. No sólo debemos ser realistas y recordar que si hace meses que no usamos un artículo de maquillaje, raramente lo haremos, sino que la mayoría de cosméticos caducan al año o a los dos años, dependiendo del tipo de envase y de forma de aplicación.
El apocalipsis de los libros. Los libros son uno de los objetos de los que cuesta más desprenderse. Parece que no ocupan mucho, pensamos que tienen un valor especial… Debemos decidir de forma realista qué libros nos gustan o necesitamos y qué libros sólo hacen bulto y sabemos que jamás volveremos a abrir para donarlos o tirarlos.
El clásico lío de papeles. El correo, las facturas, la propaganda, las revistas… son uno de los principales causantes del desorden. No debemos dejar que se acumulen, y en cualquier caso, hacerlo en un mismo sitio, dentro de una caja o similar, no tenerlos en sitios diferentes porque “así los miraré luego”. Tenerlos en un mismo sitio ayuda a encontrarlos fácilmente. Por supuesto, debemos guardar sólo los papeles y documentos estrictamente necesarios y una vez clasificados, archivarlos todos en el mismo sitio dentro de portafolios o carpetas.
Hacer limpieza de nuestras cosas significa abrirnos a experiencias nuevas y desconocidas, por lo tanto salir de nuestra zona de confort. Dejar de lado nuestro pasado, nuestras emociones, recuerdos, para empezar a construir nuestro futuro.